Conferencia de Liderazgo Paz Global 2010
Discurso de la Cumbre Interreligiosa
Dr. Hyun Jin Moon
Yakarta, Indonesia

Su Excelencia, Honorable Vice-Presidente Boediono, Honorable Prof. Dr. Said Agiel Siradj, distinguidos participantes e invitados, es un honor y un placer estar reunidos hoy en la Cumbre Interreligiosa Global en Yakarta, Indonesia. Gracias por su participación en esta importante conferencia y por su continua dedicación en la causa de la paz. Especialmente quiero reconocer y agradecer a nuestra organización coorganizadora Nahdlatul Ulama (NU), que sin su apoyo esta Cumbre no habría sido posible, así como también el apoyo de la Conferencia Indonesia para la Religión y la Paz.

Esta cumbre especial está siendo transmitida como parte del Festival Paz Global Asia Pacífica 2010, con el tema: “Una Familia Bajo Dios; un Nuevo Paradigma de Liderazgo del Siglo XXI.” Como muchos de ustedes lo saben, la región de Asia Pacífica desempeñará un papel muy grande en el mundo respecto al balance de poder, influencia, crecimiento, y cambios de la creación de riqueza desde la esfera Atlántica hasta la Orla del Pacifico. Al mismo tiempo, Asia representa una región de moderación religiosa relativa y tolerancia, aunque sigue siendo profundamente espiritual y tradicional.

La confluencia de la energía y diversidad de Asia, de espiritualidad y mente abierta y una perspectiva socialmente conservadora, con mezcla única de cualidades, donde los desafíos globales actuales se hallan arraigados en la intolerancia religiosa, deberían ser temas de discusión. Por esto, es especialmente significativo que transmitamos esta Cumbre Interreligiosa aquí en Indonesia, una nación que es única de diversas maneras. Por un lado, es un archipiélago con más de 400 grupos étnicos y más de 700 idiomas. Al mismo tiempo, es la nación Musulmana más poblada del mundo, la cual específicamente, escogió la amplia filosofía de Pancasila y el lema inclusivo nacional “Unidad en Diversidad.”

En enero de este año, Indonesia fue el país anfitrión de una Cumbre con los Estados Unidos, donde se realizó el compromiso para cooperar en temas comunes a través del recién creado Concejo Interreligioso. Las áreas claves que esta nueva organización abarcará radican en la reducción de la pobreza, el cambio climático, el buen gobierno, y la educación, con un énfasis en la importancia de la libertad de culto y la necesidad de comunidades de fe para trabajar juntos por el bien común. Es natural que nuestra Cumbre Interreligiosa Paz Global deba construir sobre estos primeros esfuerzos, continuando el desarrollo de estos temas mientras adherimos dimensiones nuevas e importantes al proceso.

Todos alrededor del globo, particularmente en el hemisferio sur, encontramos que muchas naciones y regiones están pasando hoy por cambios dramáticos, enfrentando desafíos esenciales, y al mismo tiempo oportunidades significativas. La crisis financiera global, la cual paralizó las naciones desarrolladas del hemisferio norte, ha permitido que el hemisferio sur mantenga el desarrollo de su economía relativamente intacta. Muchos en esas naciones están cuestionando los modelos de desarrollo establecidos por el occidente y están buscando soluciones alternativas, creando un momento oportuno para el cambio y el liderazgo.

Hemos entrado en un punto de inflexión en la historia humana donde las circunstancias de este momento están preparando al mundo para un cambio de paradigma de mayores proporciones, el cual podría afectar positivamente o negativamente este siglo. Siendo un hombre de fe, no puedo sino sentir la mano de la divina providencia que guía los desarrollos en esta era. Aunque, al mismo tiempo, como un hombre joven a mis 40 años, siento la urgencia por una nueva generación de líderes globales para dejar su huella en la historia. Quiero mencionarles que el factor decisivo de tales tiempos siempre es el liderazgo moral e innovador, en cada nivel.

Qué quiero decir con liderazgo moral e innovador? Primero, tiene que promover un “bien mayor” que pueda beneficiar no solo al individuo sino a la sociedad en general, la nación, y eventualmente al mundo. Esta es la orientación moral de liderazgo que yo estoy describiendo. Para que éste llegue a fructificar, tiene que ser guiado por una visión o aspiración que abarque la diversidad de la familia humana.

Segundo, tiene que aprovechar la necesidad natural creativa de la humanidad para avanzar y desarrollar la condición humana. Este es el componente innovador del liderazgo. Como todos ustedes saben, cada cultura tiene ejemplos de hombres y mujeres extraordinarios que propulsaron la humanidad en los campos de filosofía, ética, ciencia, atletismo, y artes culturales, ejerciendo libremente los talentos dados por Dios, hasta el punto de desafiar paradigmas existentes. Aunque muchos enfrentaron dificultades debido a restricciones religiosas, sociales y legales de su época, es justo decir que el mundo moderno con sus grandes libertades y avances se ha beneficiado grandemente debido a los sacrificios de estos innovadores.

Damas y caballeros, la era moderna ha visto uno de los avances científicos grabados en la historia que continúan encogiendo el globo a través de mejoras dramáticas en viajes, comunicaciones, y el intercambio de conocimiento e información. Nuestra “aldea global” se está convirtiendo rápidamente en nuestro “hogar global.” En el pasado, la distancia y el tiempo eran los “impedimentos físicos,” los cuales aislaron y separaron la raza humana. Sin embargo, éstos ya no son impedimentos relevantes. En otras palabras, la ciencia y la tecnología han roto las barreras físicas pero no roto las pretensiones raciales, religiosas, nacionales, tribales o étnicas. Las cuales todavía son fuentes de conflictos continuos alrededor del mundo.

La Fundación Paz Global está liderando esfuerzos por la paz basados en una visión espiritual expresada en la idea simple pero profunda de Una Familia Bajo Dios. Esta visión con poder transformador viene de la verdad fundamental de que todas las personas, sin importar la raza, religión, nacionalidad, tribu, o etnia, son seres espirituales que comparten un patrimonio común en un Dios o Creador. Como Víctor Hugo expresaba: “Más poderoso que un ejército invasor es la idea de que el tiempo ha llegado.” Alrededor del mundo, nuestros Festivales Paz Global han demostrado que las personas de amplios y diversos historiales están listos para recibir esta visión y comprometerse a sí mismos a unirse, y trabajar y vivir como una familia global.

Centrado en la visión de “Una Familia Bajo Dios,” FPG ha desarrollado asociaciones multisectoriales con iniciativas orientadas en la acción en tres áreas claves:

1. Construir asociaciones interconfesionales.
2. Fortalecimiento de familias
3. Promover una “Cultura de Corazón” a través del servicio.

En solo tres años, FPG ha comprometido a más de un millón de personas en seis continentes, atrayendo la energía y convicción de los socios de la sociedad civil, los recursos de la comunidad de negocios, los valores comunes de las organizaciones de fe, así como el compromiso de las agencias gubernamentales.

Nuestro enfoque innovador a las asociaciones interconfesionales ha traído a líderes de las grandes tradiciones de fe, así como a aquellos que no pertenecen a una tradición de fe, a participar juntos de maneras sin precedentes. A diferencia de la interconfesionalidad del pasado, la cual fue un esfuerzo de una tradición particular religiosa para promover la tolerancia o el entendimiento en aquellos fuera de su fe, FPG evita concienzudamente defender cualquier tradición religiosa particular, de lo contrario, sobresalta la espiritualidad como una base de construcción de una plataforma común de aspiraciones, principios y valores comunes. Como resultado, estamos trabajando efectivamente alrededor del globo; desde naciones de bloques excomunistas hasta las Américas primariamente pluralistas y capitalistas; desde la Unión Europea progresiva y secular hasta el Medio Oriente profundamente religioso; desde el África tribal hasta la diversidad y energía de Asia.

Hemos visto continuamente que las personas de fe colaboran a través de asociaciones por el bien mayor, incluso los problemas sociales más desafiantes pueden ser abarcados efectivamente. Aquí en Indonesia, por ejemplo, FPG está asociado con la NU en una Cumbre Interreligiosa Global. En una etapa inicial de esta Cumbre, ya estamos colaborando en programas conjuntos como el proyecto Poder de la Rupia, que educa a los jóvenes para ser socialmente conscientes de la situación de sus vecinos menos afortunados, sin importar clase, fe, o etnia, así como recaudar recursos para disminuir la pobreza y otros serios problemas sociales.

Segundo, FPG afirma que la familia no es solo vital para el bienestar espiritual del individuo, sino también para construir una sociedad, nación y mundo pacíficos. La familia es la unidad fundamental de la sociedad donde las habilidades más esenciales de la vida son aprendidas. Esta es la escuela del amor, donde las virtudes que yacen en todas las relaciones sociales positivas son practicadas y hechas realidad. Por lo tanto, es de vital importancia apoyar las instituciones del matrimonio y la familia, ambos contemplados en la ley pública y a través de prácticas constructivas. Estoy orgulloso de reportar que, con los esfuerzos de FPG y sus socios, la constitución Keniana, adoptada recientemente, tuvo un apoyo abrumador e incluyó disposiciones legales para proteger la sagrada institución del matrimonio así como el respeto por la vida en el útero.

Ambos temas están arduamente debatidos en las democracias occidentales más desarrolladas, pero a pesar de que Kenia no es considerado un país que forme parte del mundo desarrollado, ha tomado el liderazgo en estos temas sociales, reconociendo las consecuencias nacionales y globales que se puedan generar. Me gustaría señalar que esta era ofrece iguales oportunidades para otras naciones, ricas o pobres, poderosas o débiles, para trazar sus propios destinos y ser líderes en los temas críticos que afectan la comunidad global. Pero, por supuesto para ser líder, uno debe ser guiado por un espíritu altruista de servicio así como ser conocedor de la problemática y de sus posibles soluciones.

Por eso es que el tercer área de enfoque de FPG es crear una “cultura de corazón” a través de la cultivación del carácter individual y el poder transformador del servicio. El servicio en un contexto más amplio, conlleva al aprovechamiento de la creatividad humana en el esfuerzo solidario para resolver problemas, siendo “dueños” de la solución en lugar de simplemente “participantes” en el proceso. Así, FPG promueve al empresario social e innovador del desarrollo comunitario, “adueñado” por socios locales, constituyendo herramientas importantes para abarcar los problemas humanos más desafiantes, así como el mantenimiento de la sostenibilidad. Además, sirviendo juntos en la causa común que pueda ayudar a romper las barreras que existen entre las personas en conflicto, y así ser un instrumento poderoso para la paz, el entendimiento, y la transformación personal.

FPG, a través de su subsidiario, Global Peace Service Alliance, está colaborando con las iniciativas internacionales de vanguardia como “Service World.” Al mismo tiempo, inicia y apoya proyectos que puedan servir como modelos nacionales efectivos y de impacto internacional. Por ejemplo, el éxito del proyecto de limpieza del Rio Nairobi en las secuelas de la violencia poselectoral de Kenia en el 2008 se convirtió en la Iniciativa Ríos de Paz que está ahora implementándose alrededor del mundo.

Inspirado por ese modelo exitoso, FPG en Nepal ahora ha lanzado un proyecto similar para limpiar el Rio Bagmati, sumamente contaminado en Katmandú, considerado un símbolo nacional y, sobretodo, un rio sagrado. Miles de voluntarios se reunieron hace algunas semanas para el lanzamiento entusiasta de la campaña de limpieza del Rio Bagmati. Esta campaña ya ha ganado un impulso significativo con el apoyo de líderes jóvenes, organizaciones comunitarias, y negocios locales.

Damas y caballeros, el rol de la fe es vital para establecer el liderazgo moral e innovador, porque este sirve como base para desarrollar la conciencia colectiva de la sociedad y el sentido de virtud. Alrededor del mundo, el activismo de tales líderes está causando impacto en sus comunidades en los temas políticos, sociales y económicos, como la defensa de los derechos humanos, el esfuerzo por mantener los valores tradicionales así como la adherencia a las Metas de Desarrollo del Milenio. Líderes de Fe no solo comprenden el clérigo, ministros, sacerdotes, Rabíes, Imames, o Monjes, sino también hombres y mujeres laicos que son guiados por su fe. Aunque ellos estén comprometidos en áreas como educación, negocios, medios, ONG, política o religión, ellos están motivados por su fe y conciencia para servir como líderes morales e innovadores. La fe siempre ha sido una fuerza motivadora y poderosa en movimientos para transformar positivamente la sociedad por el bien mayor. Hoy, lo más importante para las personas de fe es trabajar juntos, más allá de nuestras diferencias religiosas, y abordar los desafíos comunes que están enfrentando nuestras comunidades, naciones y el mundo.

En el pasado, las particularidades de nuestras tradiciones religiosas a menudo nos dividieron y nos hicieron competidores y rivales en el mundo de los creyentes. Sin embargo, dado el contexto de la guerra global en contra del terror donde nuestras diferencias son causas que justifican la violencia y guerra, es absolutamente necesario que las personas de fe salgan de su contexto religioso y se vuelquen hacia una visión más grande. Creo que la visión no debería ser ninguna otra que “Una Familia Bajo Dios.”

Es importante recordar que los fundadores de todas las grandes religiones fueron defensores de paz que defendieron los ideales de las autodisciplinas y un amor desinteresado por la humanidad. Ellos enseñaron y vivieron una vida en la que pregonaban la tolerancia, el entendimiento, la caridad, la hermandad, la justicia, y, más que todo, los principios y valores. Sus vidas fueron un legado para la humanidad ideal como “Una Familia Bajo Dios.” Fue solo después de la muerte de aquellos fundadores, que sus enseñanzas se volvieron institucionalizadas a través de dogmas y tradiciones rígidas, segmentando así el mundo por la influencia de grandes tradiciones religiosas que vemos hoy.

Damas y caballeros, necesitamos volver a las enseñanzas fundamentales de aquellos fundadores -los mensajes de hermandad y autosacrificio, de amor y de la familia humana y, sobretodo, obediencia a la voluntad providencial de nuestro Creador, Dios. Si bien podemos estar realmente orgullosos de nuestra identidad particular religiosa, esa identidad no debe truncar nuestras aspiraciones, principios y valores comunes. Porque, si miramos más allá de la apariencia de nuestras diferencias religiosas veremos una humanidad común como miembros de “Una Familia Bajo Dios.”

Así como deliberamos en esta importante ocasión, siento una gran impresión respecto a lo que este momento en particular representa, colocando la semilla del sueño en la mente de todos, dando un rumbo a nuestro propio destino y proyectando un nuevo camino para la historia humana. Damas y caballeros, el futuro es suyo para moldearlo. Vamos a aprovechar este momento, o vamos a arrepentirnos de la oportunidad que perdimos para hacer la diferencia? Se levantarán conmigo para soñar el sueño más grande de todos de construir un mundo de paz y coprosperidad a través de la visión de “Una Familia Bajo Dios?” La opción es nuestra y el momento es nuestro.

Que Dios los bendiga en todos sus esfuerzos. Muchas gracias.

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