~Publicado por el Equipo de Medios de Comunicación de GPF jueves, 11 de abril de 2013

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Abril en Ruanda trae recuerdos dolorosos para algunos. En 100 días cerca de 800 mil habitantes de Ruanda fueron asesinados. La diferencia entre los asesinados y los asesinos era una división marginal, “casi artificial, una sobra de la historia,” escribió Paul Rusesabagina, un hombre al que se le atribuye la sobrevivencia de 1200 personas que buscaron refugio en el hotel Millie Colline, del cual él era el manager durante los asesinatos.

Los horrorosos 100 días comenzaron el 6 de abril de 1994 cuando las noticias del accidente aéreo del Presidente Hutu Habyarimana esparcieron la ola de mensajes odiosos en la radio. Los asesinatos comenzaron en la noche y al llegar al día siguiente 1000 Tutsis ya estaban muertos, pero eso fue solo el comienzo. Vecinos mataban a sus vecinos, familias incendiaban familias. Escuelas e iglesias fueron buscadas como refugio, pero se convirtieron en fosas comunes.

Mientras el mundo, incluyendo las Naciones Unidas y naciones desarrolladas como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Bélgica, el antiguo administrador fiduciario de Ruanda luchó para decidir cómo responder, las matanzas continuaban.

Sin embargo, incluso en los momentos de tal horror infernal, lo mejor de la humanidad brilla y la fe nace de las cenizas de la destrucción. Entre los incontables héroes que se levantaron, defendiendo ordenes, miedo doloroso, y “enfrentar la historia” para “hacer lo que es correcto” es Paul Rusesabagina. Él es noble con su hazaña, reconociendo que hubo muchos otros. Él dijo que si un Tutsi sobrevivía, un Hutu arriesgo su vida, algunas veces perdieron su vida para proteger a ese Tutsi. En su entrevista con NPR HABLA A LA NACION 2006, al Sr. Rusesabagina le preguntaron porque el decidió proteger a sus vecinos y a las personas que vinieron a buscar refugio en su hotel. El respondió:

Yo llamo a mi conciencia consejera. Mi consejera me estaba pidiendo que escuchara, que no dejara a estas personas atrás. ‘Si lo hace y ellos son asesinados, nunca será un hombre libre. Sera un prisionero de su propio ser. Nunca comerá y se sentirá satisfecho. Nunca beberá y se sentirá satisfecho. No los deje atrás. Esta es una oportunidad.'”

Mientras el mundo recuerda la tragedia que barrió Ruanda, los habitantes de Ruanda le recuerdan al mundo que esta no es una historia única, ni es una del pasado. En muchas partes del mundo hermanos continúan matando hermanos, vecinos matan vecinos. La línea delgada entre odio, opresión y violencia se descompone. Y lo que necesitamos hacer es levantarnos por un lazo común, incluso si es extremadamente inconveniente y algunas veces peligroso.

Un ejemplo reciente de progreso son las elecciones presidenciales de Kenia. El mundo sostuvo su respiración mientras abrían las votaciones, preocupados por una repetición del derramamiento de sangre del 2007. Sin embargo, los medios de comunicación y medios sociales permanecieron libres de discursos odiosos como los de las elecciones pasadas; y a través de las fallas electorales de maquinaria, largas filas, y reclamos de fraude, los Kenianos llegaron a un veredicto: Amani. Como una nación, las bases y niveles altos se ponen a disposición a través de las diferencias para afirmar que ellos sueñan como una nación. El Festival Paz Global fue reconocido como un contribuidor clave.

 

Este artículo fue originalmente publicado por www.globalpeace.org