FPG afirma que la familia no es solo vital para el bienestar espiritual individual, sino también para la construcción de la sociedad, la nación y eventualmente, un mundo pacifico.
La familia es la unidad fundamental de la sociedad donde son aprendidas las habilidades más esenciales. Es la escuela del amor donde las virtudes que yacen en todas las relaciones sociales posibles son practicadas y hechas realidad. Por lo tanto, es vital apoyar las instituciones tradicionales del matrimonio y la familia; de ambas maneras, en las normas públicas y a través de iniciativas prácticas.