Las madres fueron las mayores contribuyentes de El Poder de los Diez Tugrik.

Las madres fueron las mayores contribuyentes de El Poder de los Diez Tugrik.

Las madres son las primeras profesoras del amor verdadero. Cuando una madre da todo para la crianza de sus hijos y cuando ella les enseña a sus hijos como vivir por el bien del mundo, ella está plantando la semilla de paz en sus hijos. De esta manera, las madres son agentes poderosos de paz.

En el 2011, FPG Mongolia lanzó El Poder de Diez Tugrik, una popular campaña anti-pobreza. El Tugrik es el valor más pequeño en la moneda de Mongolia. La idea es que todos, incluso los niños, pueden contribuir a construir Mongolia y brindar ayuda a los más pobres de la nación.

Se promovió que los niños llevaran una pequeña caja de donación para sus casas y que recogieran pequeñas cantidades, poquito a poquito, llevando a Global Peace Festival a celebrar el origen de los pueblos Hun.

Las madres fueron las grandes contribuyentes de las campañas. Una madre dijo: “En la Mongolia comunista estamos acostumbrados a recibir cosas, pero nosotros nunca damos por nuestra propia libre voluntad para el bien de la nación, sin mencionar el bien del mundo.”

Estas madres de las próximas generaciones Mongoles vieron que el proyecto da a sus hijos una profunda dignidad. A medida que los hijos comienzan a pensar y a vivir por el bien mayor: “Mi familia, mi comunidad, mi nación y mi mundo,” sus hijos reconocieron el poder y el valor de una persona. Aunque su país estuviera todavía en desarrollo, aunque su casa fuera muy pequeña, ellos aun así pudieron contribuir al pueblo Mongol y al mundo.

Estas madres se conectaron al espíritu de muchas madres notables que conservaron el patrimonio del pueblo Hun y contribuyeron al legado de Pax Mongolia.

Cuando estas madres enseñaron a sus hijos como vivir por el bien de la familia humana global, ellas se volvieron madres del mundo.