The Guardian publicó recientemente un artículo sobre el creciente número de la tercera edad en Corea que vive en la pobreza.

Voluntarios de GPF Corea visitando un ancianato. Una gran parte de la tercera edad en Corea vive en la pobreza.

Voluntarios de GPF Corea visitando un ancianato. Una gran parte de la tercera edad en Corea vive en la pobreza.

El escritor visitó a Yeong-sun Lee, un veterano de guerra de 82 años, y a su esposa que sufre de demencia. Los dos viven en un apartamento inapropiado para vivir en Seúl, con ventanas rotas y puertas entabladas. Ancianos como los Lee que nacieron antes de la Guerra Coreana no califican para los programas de pensión actual. Lee lucha para vivir de lo que el obtiene de un grupo de veteranos y un fondo de bienestar del gobierno.

Lee le dijo a The Guardian que su único deseo era vivir más que su esposa para poder cuidar de ella. De acuerdo a Lee, sus hijos no le ofrecen ayuda; uno de ellos ni siquiera responde mis llamadas. Él y su esposa son uno de los miles de casos de ancianos Coreanos que se encuentran luchando para sobrevivir en un sistema de pensión obsoleta y una estructura social que se está desmoronando como su fundación de los lazos de familia extendida que rápidamente se deshilacha.

Desde la última mitad del siglo, el nivel de crecimiento educativo y económico en Corea ha sido astronómico. La generación plateada tuvo mucho que ver en este éxito. Ellos construyeron la infraestructura para el ascenso milagroso de Corea en el mundo desarrollado y derramaron los ahorros de su vida en la educación de sus hijos. Sin embargo, la fijación incrementada de los logros educativos y la prosperidad financiera ha deteriorado los valores tradicionales. The Guardian cita a un retirado que vive en Seúl: “La familia se ha derrumbado, por eso es que estamos muriendo solos.”

Una encuesta reciente reportó que el porcentaje de niños que sienten que son responsables para cuidar de sus padres bajo del 90% al 37% en los últimos 15 años. La tasa de suicidios en la tercera edad, de acuerdo a The Guardian, “se ha triplicado desde el 2000.” A pesar a las campañas de concienciación, los servicios de consejería y apoyo. Tales estadísticas ilustran lo que señalo Sun-young Lee, administrador de un centro de ancianos entrevistado por The Guardián: “La gente no tiene el espacio sicologica para cuidar de otras personas.”

El modelo de la familia extendida es la fundación de los valores tradicionales Coreanos. Historias populares como ShimChung, una hija que da su vida para que su padre ciego recobre la visión, enseñó sobre piedad filial como un valor de la sociedad Coreana tradicional.

Pero, la ola de los Coreanos mas jóvenes mudándose a las ciudades ha debilitado los lazos familiares. El núcleo familiar se ha vuelto el estándar. El fenómeno de la pobreza creciente en la generación plateada es solo un resultado.

En comentarios recientes el Dr. Moon critico esta tendencia: “El modelo de la familia extendida es un modelo que presta cuidado a nuestras necesidades humanas básicas con amor, con corazón.” Él señaló que a través de deshacerse de los valores tradicionales Coreanos de las familias extendidas, Corea ha perdido su mayor patrimonio.

En el 2011, durante las preparaciones de la Convención Paz Global en Seúl, Corea, algunos expertos sugirieron que el enfoque de la Convención en el bienestar social es un tema candente en Corea. El Dr. Moon no estuvo de acuerdo. De acuerdo al Dr. Moon, el problema crítico de Corea no es el sistema de bienestar social. Más importante que eso sería un revivir de los valores fundamentales de Corea de vivir por el bien mayor de la humanidad. Incluida en estos valores estala piedad filial, la base sobre la cual el modelo de la familia extendida es construido. Tal revivir crearía una plataforma común para ambos, Corea del Norte y Corea del Sur para comenzar relaciones, y también abordar la base de muchos problemas modernos como el bienestar social.

GPF Corea se compromete proveyendo comidas y servicios esenciales al sostenimiento de la creciente población plateada. Sus esfuerzos son más que un ofrecimiento de necesidades, sino una manera de desafiar las tendencias actuales de la sociedad Coreana.

Sin embargo, lo más importante del trabajo que está haciendo GPF es cambiar la cultura de la sociedad Coreana a través de inculcar el voluntariado, el servicio en el extranjero, y los programas de desarrollo sostenible. Jóvenes y ancianos, voluntarios están liderando un movimiento para alejar a Corea de su “feroz” “competencia despiadada” por los mejores grados en los exámenes, escuelas, trabajos, para llevarlos de nuevo a su antiguo llamado de vivir por la humanidad.