La historia de Tangun es importante para el autoentendimiento Coreano, así como los son todo tipo de leyendas fundadoras. El debate sobre el histórico mito de Tangun pierde la oportunidad de reflejarse en los principios y valores que han unido al pueblo Coreano por cinco milenios. Un recuento conciso del mito lo pueden encontrar aquí.
Uno de los hechos más pasados por alto del mito de Tangun es que la historia realmente comienza con su abuelo, Hwanin (한인)–El Señor del Cielo. Este elemento básico de la historia vale la pena explorarlo en lo que apunta a ser una historia larga de profunda piedad filial en el lado del pueblo Coreano al Divino.
La importancia simbólica de tal ser de los cielos ha tenido un impacto duradero en la psiquis del pueblo Coreano. Los monarcas Coreanos a lo largo de la historia derivaron su status como representantes del Señor de los Cielos y eran supuestos a gobernar las personas a través de sabiduría y la ley de la compasión.
El rey más célebre en la historia Coreana fue, el Rey Sejong, refleja esta actitud de la manera más notable:
En un tiempo en el que los monarcas de estados vecinos estuvieron glorificando sus cargos con honores divinos, el Rey Sejong de Corea estableció la noción del “Pueblo de los Cielos.” Sejong, quien hacía reverencia a todas y cada una de las personas como si fueran de origen Celestial y les servía como si creyera que el deber del rey no era más que cuidar de un pueblo de una raza noble y celestial.
Tal actitud excepcional del monarca hacia su gente es ejemplificado en su enorme esfuerzo para expandir la alfabetización a lo largo de su reino estableciendo el Alfabeto Coreano, hangul. Este alfabeto “niveló el terreno de juego” de maneras que amenazaron las estructuras de las sociedades de estratos más altos. Su voluntad para perseverar a pesar de la poderosa oposición de la nobleza refleja la compasión del Rey Sejong por la gente común y su determinación a establecer un sistema educativo más universal.
Cuando se considera una relación entre Tangun, Hwaneung (환웅) y Hwanin como el hijo, padre y abuelo, ésta explica la reverencia que los Coreanos han mantenido por tanto tiempo para sus familias extendidas (familiares). Tangun (단군) y Hwaneung honraron a Hwanin a través de diferentes maneras. Hwaneung, impulsado por la compasión que trajo a la tierra los principios a partir de los cuales “se gobierna a través de la verdad” y Tangun estableció una nación basada en estos ideales del Hongik Ingan.
La historia de los primeros ancestros es la primera entre muchas historias que se enfocan en el tema de la devoción familiar en las costumbres Coreanas. Las queridas historias de Shim Cheong (심청) y Choon Hyang (춘향) se enfocan en lazos emocionales profundos dentro de la familia profundos emocionales dentro de la familia y apunta a las virtudes — no por derecho de nacimiento — como prerrequisitos para gobernar. La piedad filial en la familia se ha hecho a menudo paralela con el patriotismo en la nación y los monarcas son alabados y despreciados basado en su devoción, o falta de éste, a su propia familia.
El hecho de que el pueblo Coreano se vea a sí mismo como descendiente del cielo también explica el ideal noble de Inaechon (人乃天) que tomó vida en el siglo XX durante el movimiento Donghak, la idea de que las personas tienen igual valor para los cielos. Las implicaciones y aplicaciones de tal ideal sobrepasaría los requisitos mínimos de los derechos humanos o civiles porque estos hablan de una dignidad humana con valor arraigado en lo divino. Uno podría imaginarse cuan diferente sería manejar la educación y el gobierno con tal ideal como centro.
Como se declaró en nuestra introducción a los Mitos Coreanos, estos mitos no son solo historias — ellos informan la manera en que deberíamos vivir y trabajar en nuestro mundo hoy. Aunque podemos ver la importancia del mito de Tangun para la autoidentidad Coreana y el entendimiento, éste se vuelve más importante para el uso de este conocimiento y así poder actuar para el mejoramiento de toda la sociedad y el mundo. Si podemos extender esta hermosa tradición de piedad filial, ésta gobernaría desde la verdad y la disciplina del trabajo arduo para el beneficio de toda la humanidad — llevamos el cielo a las personas y cumplimos los sueños de los primeros ancestros.
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