Al ofrecer conferencias sobre “Qué es una Nación,” el erudito Francés Ernest Renan, sugirió que construir una nación requiere la aceptación del pasado y escoger nuevas realidades para un futuro en común.

Él explica:

Una nación es por lo tanto una solidaridad a larga escala, constituida por el sentimiento de los sacrificios que uno ha hecho en el pasado y de aquellos que uno ha preparado para hacer en el futuro.  Eso supone un pasado; está resumido, sin embargo, en el presente por un hecho tangible, de nombre, consciente, el deseo claramente expresado para continuar una vida común.

Pintura de John Trumbull de los cinco hombres del comité de redacción de la Declaración de Independencia presentando su trabajo al Congreso.

Pintura de John Trumbull de los cinco hombres del comité de redacción de la Declaración de Independencia presentando su trabajo al Congreso.

Sin embargo, lo que vemos ahora es un rechazo de este “deseo a continuar una vida común” en el crecimiento de los conflictos, subnacionales, transnacionales y basados en la identidad. Muchos señalarán los factores políticos, económicos, y religiosos como la causa, pero las divisiones profundas sugieren que en el corazón hay un a falla para ver un destino común.

Cuando vemos a los demás como enemigos y fallamos en reconocer la dignidad humana y los derechos de los demás, pisamos en un suelo peligroso. En la historia, y repetidamente ahora vemos una y otra vez que los humanos hacen cosas terribles y inhumanas a los demás cuando excluimos y definimos algo como indigno o no merecedor de las consideraciones básicas morales. Hay simplemente muchos ejemplos de esto en las noticias ahora. Afortunadamente, la historia también nos ha demostrado que es posible hacer un puente en las divisiones percibidas para poder crear nuevas posibilidades para la paz y la prosperidad común.

La fundación de los Estados Unidos fue basada en la creencia de un imperativo moral para vivir y organizar de acuerdo a las “leyes de la naturaleza y del Dios de la naturaleza.” Este reconocimiento de los principios espirituales se convirtió en la base para los valores espirituales esenciales y subsecuentemente, los derechos, para todas las personas. Aunque en el tiempo de la fundación de los Estados Unidos se permitía la esclavitud dentro de sus territorios, los documentos de la Declaración de Independencia y la Constitución de EEUU en conjunto establecieron la base ideológica para extender los derechos a cada persona.

Indonesios celebrando la independencia de su país

Indonesios celebrando la independencia de su país

Similarmente, nos encontramos en una encrucijada en su historia, la Indonesia moderna hizo una decisión consciente para establecer un estado moderno basado en los valores espirituales. Aunque Indonesia fue y aún es un país mayormente Musulmán, este escogió consagrar los principios universales en la esencia de su democracia del respeto por las prácticas espirituales de su población. Es de esta libertad de práctica de acuerdo a la consciencia de uno que ha ascendido la organización de sociedad civil Musulmana más grande del mundo: Nahdlatul Ulama (NU) y Muhammadiyah.

A pesar de las diferencias geográficas, culturales, religiosas, lingüísticas y muchas otras diferencias de por medio, estos dos países en los lados opuestos del globo siguieron caminos muy similares al ubicar los principios universales y los valores comunes como la base de sociedades más inclusivas. Mientras cada uno luchó por mantenerse sobre estos principios y valores, la visión y las aspiraciones contenidos en los ideales fundadores continúan guiando a cada nación hacia la igualdad, unidad y prosperidad para todos.

Nota: Debido a que esta es una traducción y el artículo original es en Inglés todos los links están dirigidos a las fuentes indicadas en el artículo original. Use el traductor de páginas Google si desea leer las fuentes de los links. Gracias por su comprensión. 

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