La idea del servicio ha ganado un espacio continuamente alrededor del mundo. Mientras la naturaleza específica, el propósito y la eficacia de las varias organizaciones no gubernamentales difieren, nosotros podríamos inferir que la elevación de estas organizaciones de servicio civil representan la importancia que las personas ponen en el valor del servicio a los demás.
En el 2012, solo en EEUU hubo aproximadamente 1.5 millones ONG. Y en el 2010, en India, un país con una población de 1.5 billones hubo más de 3.3 millones de ONG, lo que quiere decir que hubo 1 ONG por cada 400 personas. En Rusia, a pesar de las restricciones gubernamentales sobre las ONG, se reportó que hay 250 mil entidades registradas en el país en el 2008.
Sin embargo, sin quitar el tremendo bien que ellos podrían traer a su respectivo trabajo, ¿son estas soluciones encabezadas en la dirección correcta? ¿Hay algo en lo que ellos están trabajando que haga más que proveer un servicio o cubrir una necesidad?
Estas son los tipos de preguntas que debemos preguntarnos como personas que trabajan para aliviar la pobreza, abordar la degradación o servir al enfermo y el necesitado; abordando una miríada de desafíos que enfrentamos como una comunidad global.
En un discurso hace muchos años dirigido a una multitud de voluntarios de Servicio para la Paz, el Dr. Hyun Jin Moon desafió la audiencia a pensar sobre el servicio de una manera diferente, al pedir:
“Si usted ve a un hombre indigente en la calle y usted no lo conoce, probablemente usted pasará por el lado sin un pensamiento. O, si quizás usted lo conoce o le parece un poco familiar–usted podría parar y ayudarlo –o darle algo de dinero o comida, o ofrecer algún servicio. Pero que haría si usted para y ve que ese indigente es su hermano?
Esta es una pregunta que dejó a toda la audiencia pensando y es una de las que todavía necesitamos preguntarnos hoy.
De una manera similar, esto provocativo experimento de ciencia social nos pidió pensar diferente sobre aquellos que son indigentes:
¿Notaría usted a su propia familia si ellos fueran indigentes?
La visión de ‘Una Familia Bajo Dios’ nos desafía a comprometernos con algo que parece simple como el servicio, de una manera diferente–a medida que nos desafía a hacer mucho de lo que hacemos en la vida de una manera diferente, si somos, de hecho, una familia bajo Dios? Damos pescado a un hombre para alimentarlo por un día? Haríamos lo mismo si la persona fuera nuestro hijo, hermano, hermana, tía, tío, abuela o abuelo?
En ‘Una Familia Bajo Dios,’ la dinámica natural de la sociedad sería un servicio recíproco y por el bien mayor. Por lo tanto, si servimos porque somos familia, la siguiente pregunta es cómo puede nuestro servicio transformar nuestra realidad actual en un mundo de ‘Una Familia Bajo Dios’?
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