“El Sueño de los padres fundadores de Estados Unidos no solo dio nacimiento a una gran nación, única en la historia del mundo hasta ese punto. También dejó huellas substanciales en el mundo. Estos establecieron el ideal de los derechos humanos universales, libertades, y responsabilidades e hicieron sacrificios substanciales en la búsqueda de la realización de ese ideal. Si Estados Unidos no sigue siendo líder en este esfuerzo, ¿Quién más lo será?”

-Dr. Hyun Jin Moon, el Sueño Coreano: Visión por una Corea Unificada

Un soldado trompetero solitario toca al final de la primera ceremonia anual de la conmemoración del personal de médicos militares caídos en el Cementerio Nacional de Arlington. (DoD foto por el especialista de comunicación masiva de 1a. clase Chad J. McNeeley/Libre)

Un soldado trompetero solitario toca al final de la primera ceremonia anual de la conmemoración del personal de médicos militares caídos en el Cementerio Nacional de Arlington. (DoD foto por el especialista de comunicación masiva de 1a. clase Chad J. McNeeley/Libre)

Diez y nueve estatuas de acero enfrentan un viento invisible de invierno que levanta los ponchos en contra de sus armas y maletas. Ellos caminan por los campos de arbustos de enebro y las losas de granito tratando de imitar los campos de arroz. En la parte de atrás parece que hay montañas con capas de nieve, son realmente 2400 caras de soldados y tropas de apoyo.

Las palabras del Presidente Harry S. Truman están grabadas en el granito negro de la entrada del memorial: “Nuestra deuda a los hombres heroicos y las valientes mujeres al servicio de nuestro país nunca puede ser pagada, ellos han ganado nuestra gratitud eterna. Estados Unidos nunca olvidará sus sacrificios.”

Fue un tiempo oscuro para Corea a medida que su pueblo fue devastado por las hegemonías ideológicas de la Guerra Civil. Las fuerzas armadas de la Organización de las Naciones Unidas hicieron su primera intervención con el apoyo de 22 naciones, incluyendo, 5.8 millones de Estadounidenses, de los cuales 36 mil nunca regresaron a sus hogares.

Fue en el medio del invierno cuando estos hombres y mujeres, impulsados por solo la convicción de que la libertad fue una causa de por la que vale la pena morir, se fueron a un suelo extranjero para luchar por la libertad de los hermanos que nunca conocieron.

Cada año el número de veteranos de la Guerra de Corea que visitaron el memorial disminuía, pero sus hijos y nietos, y los hijos de los nietos del pueblo que tiene una deuda de gratitud a las caras grabadas en el granito negro continúan visitando.

Al lado del estanque del Memorial de la Guerra de Corea hay cuatro palabras: “La Libertad no es

Memorial de la Guerra de Corea en Washington, D.C.

Memorial de la Guerra de Corea en Washington, D.C.

Gratis.” Estas palabras expresan la resolución que ha motivado a los hombres y mujeres de las fuerzas armadas a lo largo de la historia de Estados Unidos, que han luchado para llevar a la vida los principios articulados en la Declaración de Independencia.

El sacrificio de Estados Unidos a orillas de tierras extranjeras y las personas desconocidas son conmemoradas, no solo con las 19 estatuas y las 2400 caras del Memorial de la Guerra de Corea, si no en los incontables monumentos en Washington, D.C. y en las tumbas blancas de las líneas de los cementerios de veteranos a lo largo del país.

Estos son testimonios del compromiso de Estados Unidos, no solo en palabras si no en la sangre y el sudor de su mejor y más brillante promesa de sus documentos fundadores, que dice que “todos los hombres son creados iguales y dotados por su creador con ciertos derechos inalienables.”

Cada año, el en Día del Memorial, las personas en Estados Unidos visitan estos memoriales para honrar las vidas de estos hombres y mujeres y el legado por el cual ellos dieron sus vidas, la visión de que todas las personas pueden vivir en dignidad como parte de Una Familia Bajo Dios.

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