A medida que Corea se acerca a sus 70 años de aniversario desde la independencia del régimen colonizador, las comunidades Coreanas alrededor del globo tienen planes de celebrar con eventos y programas conmemorativos. Sin embargo, algo que todos piensan pero nadie quiere decir es: “¿Qué hay de la Unificación Coreana?

Una imagen de la NASA de la península Coreana en la noche.

Una imagen de la NASA de la península Coreana en la noche.

Un artículo en el Korean Herald lamenta la tendencia actual entre los jóvenes y pragmáticos en Corea del Sur, que pesa los costos y los beneficios de algo que ya no se ve creíble o incluso deseable. Y quizás en respuesta al trabajo reciente por la alianza de la sociedad civil, Acción por una Corea Unida, para producir una nueva canción de la Unificación, el autor del artículo menciona como la canción “Unidad es nuestro deseo” se ha convertido ahora en un anacronismo o un símbolo evidente de las fallas para unificar la península Coreana.

Ciertamente, ha habido muchos intentos para unificar a Corea del Norte y Corea del Sur. Los horrores de la Guerra Coreana y las devastadoras secuelas permanecen como un símbolo de los peligros y límites de un enfoque militar dirigido a la unificación.

De hecho, ambos lados del paralelo 38 e incluso del mundo permanecen–y deberían permanecer–reacios a unirse de nuevo a tal estrategia. Hubo un número de conversaciones gubernamentales públicas y secretas en el trayecto para hacer lo mismo sin mucho que mostrar, a medida que cada lado permanece comprometido a sus propias metas y propósitos. Hubo incluso un intento fallido de usar un enfoque económico y humanitario para la unificación en la “Norma Sunshine” durante la presidencia de Kim Dae Jung.

Sin embargo, en estos 70 años, ninguno se ha acercado a la unificación. De hecho, podríamos decir que estamos, de hecho, mucho más lejos de la unificación, particularmente cuando se considera la falta de interés y de pasión por una patria unida entre la generación más joven. Una encuesta del 2014 reporta una tendencia justamente consistente de desinterés en la unificación entre las personas en los veinte y algo de años, comparados con las generaciones mayores.

En los 70 años desde la división de la península hemos perdido un sentido de conexión con nuestros hermanos y hermanas Coreanos en el Norte. Hemos permitido por mucho tiempo que líderes políticos, militares y económicos–nacionales e internacionales–dicten el molde y la forma de nuestra nación con un plan claramente egoísta que ha conllevado a los perjuicios de la familia Coreana en general. Sin un sentido cohesivo de identidad, hemos hecho prioridad nuestro propio bienestar y en el proceso perdido nuestras propias almas.

De manera extraordinaria, las altas tasas de suicidios, las tasas de divorcios, una obsesión nacional por las cirugías plásticas, la disminución de la tasa de natalidad y la búsqueda del éxito material a todo costo parece ser la nueva Corea. La imagen en el Norte es aún más deprimente. Y uno no puede hacer más que sentir un profundo sentido de pérdida en todo esto y mucha angustia por nuestras futuras generaciones.

Voluntaria de Acción por una Corea Unida en el Parque de Paz Imjingak. Crédito: Fundación Paz Global.

Voluntaria de Acción por una Corea Unida en el Parque de Paz Imjingak. Crédito: Fundación Paz Global.

Pero todo esto puede cambiar. De hecho, un reporte reciente muestra un interés creciente en la reunificación, a pesar del peligro planteado por una Corea del Norte cada vez más inestable. Muchos podrían señalar los esfuerzos para promover la unificación del gobierno Surcoreano como la causa de este cambio en la opinión pública pero esto también nos recuerda que cualquier defecto en el sistema democrático de Corea del Sur, esto es esencialmente enfocado en el deseo de las personas. Colectivamente, la voluntad de las personas puede y debería influenciar las políticas públicas del bien mayor para toda la sociedad.

Esto también apunta a algo que ha estado faltando de forma crítica en los intentos anteriores para unificar la península: El pueblo. Por ejemplo, necesitamos unirnos en conversaciones sostenibles, privadas y públicas sobre lo que aspiramos como Coreanos alrededor del mundo, al reunificar nuestra patria y reconstruir una nación.

Tenemos todos los ingredientes para construir una sociedad verdaderamente pacífica y próspera que ha pasado por 5000 años de historia pero que no significa nada si no tomamos la oportunidad extraordinaria que tenemos ante nosotros. Debemos comenzar a soñar nuestro Sueño Coreano.

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