Por siglos, desde su fallecimiento, Genghis Khan ha sido visto en proporciones míticas como un bárbaro sediento de sangre que destruyó y saqueó a sus impotentes y desaventuradas víctimas durante un horroroso reinado de terror. Sin embargo, lo que recientemente ha sido descubierto, es lo que los Mongoles–descendientes directos del mismo Khan–han reconocido por mucho tiempo: Genghis Khan era un hombre adelantado a su época.
En las crónicas de vida de Genghis Khan: Genghis Khan y la Fabricación del Mundo Moderno, un hijo analfabeta de orígenes nómadas, y su legado. Su habilidad para organizar y administrar una población diversa se extendió a lo largo de miles de millas, culturas e idiomas que han sido oscurecidos por su más famoso renombre como un genio de la táctica militar.
En términos modernos, Genghis Khan creó un estado meritocrático y consolidó enormes territorios en una zona segura de libre comercio que abarcó continentes. Weatherford sugiere que Genghis Khan fue impulsado a crear este sistema mediante la dificultad y la desesperación que él experimentó personalmente como un joven en las Estepas. Al ascender, él luchó para realizar un mundo sin conflicto fratricida entre tribus y naciones y por la prosperidad para todos. Esto, y el sistema que creó provocó innovaciones e intercambio de información que moldeó el mundo moderno mediante los avances en comercio, tecnología, comunicación, economía, gobierno, medicina, educación y demás. Este intercambio estableció el escenario para el progreso de la civilización en niveles incontables y en una miríada de maneras.
Sin embargo, lo que aún sobresale más que todos estos logros es que los esfuerzos para unir las personas bajo la regla del “Cielo Azul Eterno” no fue una regla autocrática y tirana imponiendo sus creencias particulares si no un esfuerzo para alinearse con los principios del universo. Aunque Genghis Khan tuvo sus propias creencias y prácticas espirituales, él reconoció y respetó los derechos de los demás a seguir sus propias creencias, convirtiéndose en un defensor de la libertad religiosa para muchas minorías de grupos religiosos perseguidos.
Aunque él no pudo dejar totalmente los principios y valores que él aprendió en su tiempo de vida a sus hijos y nietos, hay lecciones valiosas que podemos aprender de este hombre malentendido de increíble voluntad, habilidad y destino.
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