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Dr. Hyun Jin P. Moon durante su discurso de apertura en GPC Kuala Lumpur 2013

“Unidad en Diversidad: Construyendo Cohesión Social para la Paz Sostenible a través de Aspiraciones, Valores y Principios Universales”

Sus excelencias, invitados honorables, damas y caballeros, es un honor y un gran placer para mí darles la bienvenida a ustedes desde las cuatro esquinas de la tierra aquí, a Malasia, para la Quinta Convención Paz Global.

Por medio de los participantes internacionales,

Me gustaría extender mi sentida apreciación a todos aquellos “dueños,” aquí en Malasia, que han trabajado sin cansancio para hacer posible esta convención.

En particular, quiero reconocer el Departamento de Unidad Nacional e Integración del Departamento del Primer Ministro, que son los coorganizadores de esta convención y cuyo apoyo no tiene precio.

Estamos particularmente agradecidos a los coorganizadores: Hon. Tan Sri Joseph Kurup, el Ministro del Gabinete JPNIN, y a la Hon. Tan Sri Zaleha Ismail, mi abuela, y Presidente de GPF Malasia.

Podemos darles una ronda de aplausos? Así como a todos nuestros líderes Malayos, una vez más, podríamos darles a ellos una ronda de aplausos?

También quiero comendar el trabajo de dos de nuestros muchos socios estratégicos hoy: La Universidad de Malaya por su apoyo en el desarrollo del programa de la convención; y la Asociación de Educación del Carácter por su compromiso con la preconvención, la Cumbre de Carácter y Creatividad.

Finalmente, me gustaría expresar mi sincera gratitud a los miembros del Consejo de Liderazgo Global de la Fundación Paz Global, y a todos los dignatarios que están con nosotros aquí hoy. Denle todos una ronda de aplausos.

Déjenme decir gracias por su liderazgo visionario, y su posesionamiento de esta visión por la paz.

Yo creo que se ha mencionado algunas veces hoy en esta plenaria, pero me gustaría mencionarlo de nuevo.

Un momento de silencio para conmemorar al Ilustre Nelson Mandela

Un momento de silencio para conmemorar al Ilustre Nelson Mandela

Ustedes saben, aquí hay pocos hombres y mujeres en la historia que tienen tal profundo efecto que su legado continua viviendo incluso cuando sus vidas han pasado. Creo que Nelson Mandela es ese tipo de figura que llevo el mensaje de amor verdadero, incluso amando el enemigo, para construir puentes de paz que pudieron curar las heridas de la experiencia de la segregación que ha separado dos razas en Sudáfrica, estableciendo un precedente de liderazgo arraigado en principios y como alguien que tiene un alma gemela de corazón al compartir que la humanidad es verdaderamente una familia bajo Dios; y la humanidad necesita precedentes como la vida que el vivió. Una vez más, me gustaría extender mis condolencias a su familia, pero sobretodo, hacer un compromiso entre todos nosotros aquí de que vamos a llevar ese legado en nuestro trabajo a través de ser dueños de esa visión de una familia bajo Dios; siendo constructores de paz en nuestras comunidades, nuestras naciones, nuestras regiones, nuestro continente, y finalmente el mundo. Entonces, podríamos darle a Nelson Mandela una ronda de aplausos otra vez?

También necesitamos recordar la tragedia que la humanidad ha enfrentado, especialmente en esta región de Malasia con la tragedia de Filipinas, y entonces incluso las recientes inundaciones aquí. Podríamos tomar un momento para conmemorar a aquellos que han sufrido, y a quienes no están más con nosotros, y a las familias que continúan persistiendo bajo todas esas dificultades. Podríamos dar solo un momento de silencio en conmemoración de ellos?

Gracias.

La primera Convención Paz Global fue realizada hace cuatros cortos años, en el 2009, en Manila, Filipinas.

Entonces, se trasladó a África en el 2010, a Nairobi, Kenia, donde el Presidente Mwai Kibaki fue el patrón.

Esa convención cumplió un trabajo significativo en el abordaje de las causas de la violencia pos-electoral del 2008, y en el avance que ahora se ha convertido en la Iniciativa de Carácter y Creatividad.

El 2011 vio la convención realizada en Corea del Sur, la tierra de mi nacimiento, y el lanzamiento de una importante iniciativa para comprometer ciudadanos ordinarios de Corea en un movimiento esencial para la unificación de la península Coreana.

El año pasado la convención fue realizada en Atlanta, el lugar de nacimiento del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos.

Ahí, un llamado para el nuevo “gran despertar” en un nivel hemisférico fue realizado, para inspirar el continente Americano a tomar la responsabilidad del liderazgo moral e innovador al escenario global.

El tema de la convención de este año es: “Unidad en Diversidad: Construyendo Cohesión Social para la Paz Sostenible a través de Aspiraciones, Principios y Valores Universales.”

Malasia es el lugar correcto para discutir tal tema y para trabajar en iniciativas basadas en el mismo. La sociedad Malaya es multiétnica, multirreligiosa, multicultural y democrática.

Como tal, ustedes están posicionados extraordinariamente para ofrecer al mundo un ejemplo exitoso de unidad en diversidad, donde todas las partes, mientras se retiene su religiosidad única e identidad cultural, cooperar juntos por los bienes más grandes de la sociedad entera.

Malasia es un país en crecimiento.

Panorama de las Petronas en Kuala Lumpur, Malasia

Panorama de las Petronas en Kuala Lumpur, Malasia

En años recientes ustedes han experimentado un impresionante crecimiento económico.

Malasia también está tomando un rol de liderazgo más grande en la región, organizando y mediando conversaciones de paz entre los partidos de Mindanao y el gobierno de Filipinas, por ejemplo, y globalmente, a través del lanzamiento del Movimiento Global de Moderates del Primer Ministerio.

Para Malasia como para muchos países emergentes, este es un momento de transición histórica.

Los prospectos para el futuro son brillantes pero hay desafíos serios para ser enfrentados, sobretodo de conflictos basados en la identidad, basados en diferencias étnicas y religiosas.

La amenaza del conflicto interreligioso es más seria y se extiende más allá de las naciones individuales. Esta tiene el potencial escalofriante de llegar a la escala global.

Con el fin de la Guerra Fría, los dos bloques ideológicos en competencia fragmentados, estimulando el aumento de conflictos basados en la identidad, primero en los Balcanes, y en Asia Central, mientras se impulsan los conflictos continuos en el Medio Oriente, el Sur de Asia, y partes de África.

Es claro que con el aumento de tales conflictos sectarios, la dinámica geopolítica ha sido reconfigurada a través de formas politiqueras de religión, operando en una escala global, y reclamando una falsa legitimidad de las grandes tradiciones de fe.

Como lo ha mostrado la historia, la ferocidad y crueldad de tales conflictos interreligiosos es algo que la humanidad no puede permitir, especialmente en esta era donde las armas de destrucción masiva – nuclear, química, y biológica – se han proliferado por el mundo.

A diferencia de la Guerra Fría donde dos protagonistas racionales jugaron el juego de la disuasión nuclear, un conflicto religioso o un choque de civilizaciones no estarán limitados por la razón sino, por el fuego de la pasión, que pudiera guiar a la humanidad a cometer los grandes pecados en contra de sí mismos, en el nombre de la religión.

Como un hombre de fe, creo que estos desarrollos deberían hacer sonar un clarín para llamar a todos los hombres y mujeres verdaderos de fe para convertirse en verdaderos realizadores de paz de esta era.

Un verdadero movimiento de fe debería emerger este tiempo, que pueda traer las diferentes tradiciones de fe para trabajar juntos en armonía, no para ir más allá en sus propios planes particulares, sino sobre una plataforma común de aspiraciones, principios y valores universales.

Como personas de fe, deberíamos reconocer que lo que compartimos es más grande que nuestras diferencias.

Todos aspiramos establecer paz en la tierra, para reconocer el valor de la vida humana, para reconocer la importancia de la responsabilidad individual en vivir de acuerdo a las leyes de la naturaleza y el cielo y de la conciencia individual que nos guía a hacerlo, y para entender que verdaderamente somos Una Familia Bajo Dios.

La amenaza del extremismo sectario nunca será resuelta por medios políticos o económicos solamente. Una resolución verdadera y duradera debe ser arraigada en fe, expresada a través de la espiritualidad práctica.

De hecho, los principios universales y valores compartidos de las tradiciones de fe del mundo proveen la base esencial para el crecer más que el conflicto y construir cohesión social en sociedades diversas y multirreligiosas.

Ellos ofrecen el antídoto a la amenaza de las guerras religiosas globales.

Por eso es que la cooperación entre los líderes de fe es esencial para asegurar paz en este punto de inflexión de la historia moderna.

Tal movimiento de cooperación llama por una visión que pueda trascender las muchas diferencias y divisiones que alimentan hoy los conflictos en el mundo entero.

Creo que la visión es la simple pero profunda idea de que todas las personas, sin importar la raza, nacionalidad, religión, o cultura, son miembros de Una Familia Bajo Dios.

Damas y Caballeros, si nos despojamos de nuestras pretensiones, y permanecemos honestos y transparentes ante Dios y toda la humanidad, todos somos lo mismo. Si nos despojamos de nuestras pretensiones nacionales, nuestras pretensiones raciales, pretensiones religiosas, reconoceremos nuestra común humanidad y nuestro destino común para vivir de co-prosperidad y paz.

En la base de esta visión, que expresa poderosamente nuestras aspiraciones humanas fundamentales, la grandes tradiciones de fe se pueden unir y trabajar juntos.

Entonces ellos no solo contrarrestaran el radicalismo religioso, sino que sostendrán los derechos humanos fundamentales y las libertades a través de principios universales y valores morales que ellos tienen en común.

De esta fundación una ética global puede ser desarrollada y esta proveerá la infraestructura moral y cuide un mundo pacífico y armonioso.

El enfoque de GPF aquí es oportuno y relevante.

Este se dirige a una de las amenazas contemporáneas más presionantes para la paz, la nombrada posibilidad del conflicto religioso global.

Nuestro enfoque es diferente de las iniciativas religiosas pasadas las cuales estaban enfocadas en el dialogo y el entendimiento mutuo entre diferentes tradiciones de fe.

Las iniciativas de GPF son multisectoriales, comprometiendo socios no solo de la comunidad de fe, sino también lideres políticos, educadores, gente de negocios y emprendedores sociales.

Nuestros proyectos son prácticos, traen comunidades de fe a trabajar juntas para cambiar las aptitudes y por ende, comportamientos para resolver problemas sociales y así, resolver el conflicto.

Las nuevas y muy diferentes dinámicas geopolíticas de hoy llaman al pensamiento fresco y nuevas iniciativas.

Con eso en mente, propongo el establecimiento de un Consejo de Paz en las Naciones Unidas acabar el desafío global del conflicto basado en la identidad.

A través de tal consejo la sabiduría colectiva y recursos de las grandes tradiciones de fe del mundo pueden ser movilizadas para contrarrestar los elementos radicales que están distorsionando el espíritu original de estas tradiciones.

Necesitamos reconocer el poder de la autoridad religiosa en la amplificación de este mensaje de paz a los constituyentes locales en los puntos más problemáticos del mundo.

Ellos representan un grandioso recurso desaprovechado del planeta, sin embargo, porque ellos están profundamente arraigados en sus comunidades, son muchos más efectivos constructores de paz que los “cascos azules” de la ONU que solo pueden contener el nivel de violencia.

Líderes religiosos compartiendo experiencias durante GPC 2013

Líderes religiosos compartiendo experiencias durante GPC 2013

Cuando los líderes de fe locales se vuelven “dueños” verdaderos de la visión de paz, ellos inspiran sus continentes a actuar de maneras que construyan la paz duradera.

Este proceso ya está sucediendo de una manera muy real en Nigeria donde los líderes Cristianos y Musulmanes están acompañando a GPF a llevar el mensaje de Una Familia Bajo Dios en cada comunidad local de la nación.

Su ejemplo de cooperación religiosa y unidad es una declaración poderosa en contra de la violencia religiosa de los extremistas del Boko Haram. Algunos de esos pastores Cristianos e imames Musulmanes están aquí hoy con nosotros en esta convención.

Vamos a reconocerlos con una ronda de aplausos. Por favor levántense para poder reconocer su liderazgo.

Atrayendo como lo ha hecho con los recursos locales de fe, el concejo debería recibir serio peso en las deliberaciones de paz.

Su establecimiento ayudaría a las Naciones Unidas a adaptarse a la realidad actual global.

La ONU es a menudo limitada en su efectividad para abordar temas más amplios por el auto-interés de sus estados miembros.

Hoy las entidades religiosas son regionales en alcance y apelación, expandiéndose más allá de las barreras nacionales.

Esto es algo que la ONU existente no está equipada para manejar y que un concejo religioso de paz podría remediar.

El consejo proveería una voz más fuerte para los derechos humanos fundamentales y libertades, que actualmente existe en la Organización de las Naciones Unidas. A diferencia de la Declaración Estadounidense de Independencia, el cual ha reconocido esos derechos y libertades dotadas por el Creador, la Organización de Naciones Unidas en su fundación, debido a las circunstancias de la Guerra Fría, fallo para reconocer a Dios o el Creador como la fuente de los derechos humanos.

Por eso es que la ONU no ha sido efectiva en la protección de esos ideales en un mundo donde los regímenes autoritarios hacen los derechos humanos dependientes a su propio poder.

Un concejo basado en la fe sostendría fuertemente el principio de que todos los seres humanos, teniendo el mismo origen, son creados iguales y dotados con derechos equitativos por nuestro Creador, derechos que ningún gobierno o cualquier institución humana puede negar o infringir.

El movimiento internacional de cooperación entre tradiciones de fe que yo estoy invocando encontraría una poderosa voz pública en el consejo, trabajando dentro de la institución de la ONU.

Para establecer el concejo es crucial que algunas naciones, con el soporte de líderes religiosos internacionales, tomen el liderazgo para convocarlo. Espero que Malasia sea un defensor de este esfuerzo.

Malasia puede jugar un rol único aquí, como misión Musulmana.

Malasia también se puede convertir en un líder global a través de demostrar que el Islam es una fuerza para la paz del mundo.

A través de ser un modelo pionero de cohesión social y unidad con el Cristianismo, Budismo, e Hinduismo – y las otras grandes tradiciones de fe presentes aquí – este país puede disipar muchos de los estereotipos violentos y negativos que colorean la percepción del Islam en el Occidente y otras partes del mundo.

Creo que permanecemos en un momento de transición histórica, no solo por Malasia, sino por el resto del mundo.

La humanidad está siendo desafiada para tomar responsabilidad por el futuro y responde a esta pregunta fundamental.

En las palabras de mi padre, quien entrego su vida entera a la búsqueda de la paz: “Hará raíz algún día la paz duradera?

O la humanidad está condenada a repetir la tragedia del siglo XX?”

Un siglo tenso con niveles sin precedentes de violencia humana, con do Guerras Mundiales, la Guerra Fría, genocidio, y numerosos conflictos regionales.

El momento para la discusión terminó.

El momento para el liderazgo está aquí.

Líderes verdaderos tienen una visión y la buscan desesperadamente.

Su fortaleza viene de la autoridad moral, como nuestro querido ilustre Nelson Mandela. Esa autoridad moral está arraigada en principios espirituales que entonces son movilizados al cambio social.

Los líderes verdaderos también son innovadores.

Ellos limpian los atolladeros del pasado a través del pensamiento fresco, cambiando la infraestructura del debate, y estableciendo nuevos precedentes.

Nigeria establece un precedente en las relaciones  entre Musulmanes y Cristianos

Nigeria establece un precedente en las relaciones entre Musulmanes y Cristianos

Estos precedentes reemplazan viejos hábitos corruptos, estableciendo nuevos estándares que son la base de una nueva cultura.

Ustedes estan reunidos aquí hoy porque ustedes comparten la esperanza de un mundo pacifico arraigado en la visión de Una Familia Bajo Dios.

Ustedes comparten los principios y los valores que nos unen en esta causa común.

Ahora es el momento de tomar nuestra responsabilidad para dar substancia a nuestras esperanzas y formar nuestra visión.

Hago un llamado a todos ustedes a que se unan a la misión de crear las instituciones y estructuras que avanzan la causa de la paz.

Vamos a crear un movimiento global de comunidades de fe, trabajando juntos como una fuerza poderosa social y cultural para la paz, así como lo hacen en Nigeria, pero en una escala global. Pueden hacer esto? Si o no? [Si!]

Vamos a establecer el Consejo de fe basado en la paz como parte de la ONU. Podemos hacer esto, sí o no? [Si!]

Podemos estar seguros de que los extremistas no están durmiendo.

Vamos a determinar que no son ellos los que determinan el futuro, si no nosotros que compartimos esta visión común para construir una familia bajo Dios, para poner una marca en este momento crucial en la historia humana, y formar el futuro de la humanidad.

Si nos levantamos ante este desafío podremos mover más allá de la amenaza de un choque global de civilizaciones, más allá del estado de dialogo entre civilizaciones hacia un mundo de paz y armonía.

Oro para que ustedes se unan a mi hoy y se unan por esta causa común.

Este es un momento solemne. Pero no puedo irme sin dejarles un desafío. Este es uno grande, un grande desafío que estoy proponiendo aquí hoy:

Se van a volver los dueños del sueño de Una Familia Bajo Dios y hacerlo una realidad viviente para las futuras generaciones? Si lo hacen, por favor pónganse de pie.

Quiero compartir con ustedes una palabra Coreana: “Adju.” Mi padre explico que esta palabra tiene un tremendo significado en sí, porque esta significa que “yo voy a adueñarme de eso,” no alguien más. “La paz comienza conmigo. Yo seré el realizador de paz.” Entonces, podríamos decir juntos: “Adju!”? [Adju!]

Más alto, podemos decir, juntos, “Adju!”? [Adju!]

Ustedes serán los dueños del sueño de Una Familia Bajo Dios y llevaran este mensaje y la gran responsabilidad que está presente en frente de nosotros al mundo como verdaderos realizadores de paz de este siglo? Lo harán? Si o no? [Adju!]

Gracias, muchas gracias. Que Dios los bendiga y a sus familias en todos sus esfuerzos.

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